Cuando pensamos en nuestra propia sociedad, en nuestra cultura occidental, miramos atrás y vemos todo lo que hemos ido logrando en los últimos siglos, evolucionando a pasos agigantados en muchas cuestiones, aunque en detrimento también de otros valores que parecen estar hoy en día más en peligro que en tiempos antiguos. La cultura europea marcó en gran parte a la americana, una vez que Colón “descubrió” aquel continente, y las diferentes potencias se encargaron de conquistarlo, llevando sus idiomas y sus tradiciones allí. Hoy en día, el trasvase es al contrario, y Estados Unidos es la potencia cultural más grande que existe, consiguiendo, a través de sus series y películas, mostrarnos el tipo de vida que parece estar metida en la mente de cualquier persona occidental. Cada vez es más difícil seguir su rastro, pero si nos concentramos todavía podemos encontrar la influencia de la cultura romana en nuestros tiempos.
Es evidente que hay lugares, como Italia, España o la propia Francia, donde la cultura romana tiene mucho más énfasis hoy en día, por su cercanía con la capital del imperio antiguo, y porque todavía quedan muchos restos, tanto culturales como físicos, de aquella época. Uno de los triunfos del Imperio Romano, el más grande que jamás haya habido en nuestro planeta, fue conseguir unificar toda la cultura de los diferentes lugares bajo una misma forma, cogiendo influencias de todo el Mediterráneo, incluso de Oriente Próximo y Medio, para generar una cultura que iba a dejar huella en todos aquellos territorios, desde Finisterre a Costantinopla, de Gran Bretaña a Mongolia. Todo ello bajo la bandera del imperio y con el latín como lengua oficial en todos los territorios del mismo, lo que también ayudó a poder transmitir más fácilmente toda esa cultura y llevarla más lejos. Aquí te vamos a proponer un viaje de cientos de años atrás en el tiempo para conocer más de cerca los detalles de la cultura romana.
Cuándo se creó la cultura romana
La cultura romana se desarrolló a partir de la creación y el desarrollo del Imperio Romano, en los primeros cinco siglos de nuestra era. Lo que conocemos como cultura romana es una mezcla de diferentes culturas y tradiciones que formaban parte o pasaron a incorporarse al propio Imperio Romano, desde la influencia de la Antigua Grecia a la de Mesopotamia o incluso Egipto. La cultura se desarrolló desde Roma, capital del Imperio, pero fue expandiéndose con el tiempo por todos los territorios conquistados gracias al uso vehicular de una misma lengua, el latín. El poder autoritario del Imperio Romano también buscaba homogeneizar las costumbres y las culturas en territorios aparentemente tan diferentes como los que había conquistado, para un mejor control sobre ellos.
Cuáles son las principales características de la cultura romana
Si hablamos de las características más importantes de la cultura romana no podemos dejar de nombrar en primer lugar al latín, una lengua que se creó como mezcla de distintas influencias, como la griega o la mediterránea, y que acabó convirtiéndose en el lenguaje oficial de medio mundo, existiendo hoy muchas lenguas actuales que provienen de aquella, como el italiano, el español, el francés o el portugués, conocidas como lenguas romances. En cuanto a la religión, eran politeístas y tenían un panteón de dioses muy grande, adaptado de la cultura griega. Como aquellos, también dominaban las expediciones marítimas con grandes barcos que les permitieron expandirse muchísimo. La vida en el Imperio era muy ordenada y jerarquizada, según la riqueza o el puesto que cada persona ocupara. Además, utilizaban a los esclavos como mano de obra, y también como divertimento en los foros.
Arte
El arte romano deviene directamente de la influencia del arte griego, al conquistar el imperio las zonas del Mediterráneo donde antiguamente se había asentado esta cultura. De orígenes etruscos, el arte encontró un nuevo impulso gracias a la expansión del imperio, que permitió mezclarlo con otras influencias más lejanas. Se denota sobre todo en la arquitectura de grandes edificios y enormes lugares de ocio y recreo, desde plazas a palacios, pero también los zócalos y murales que todavía podemos encontrar hoy en día en muchas ciudades, y que son una representación maravillosa de aquellos tiempos donde el Imperio se extendía por medio mundo. La música empezó también a desarrollarse como arte más clásico en este imperio, aunque ya en su ocaso, dentro de la Edad Media.
Ciencia
Si bien es cierto que no hubo grandes avances científicos durante el periodo del Imperio, ya que los romanos parecían más centrados en guerrear y conquistar territorios que en enaltecer el conocimiento, sí que hubo algunos autores que se encargaron de recoger lo que ya existía, especialmente de la tradición griega, y organizarlo, darle lustre y hacerlo mucho más conocido. De Cicerón a Plinio el Joven, varios autores se encargaron de poner en un lugar de honor todo lo que los griegos ya habían logrado desarrollar siglos antes. Estos dos autores fueron especialmente beligerantes contra las falsas creencias y las supersticiones, algo no tan habitual en la época, intentando desarrollar un método protocientífico a través de la lógica y la observación, basándose igualmente en los grandes autores y filósofos de la Grecia Clásica.
Educación
La educación sí que vivió un gran avance durante estos años, habiendo acogido Roma el alfabeto actual de los antiguos griegos, perfeccionándolo en los últimos siglos antes de Cristo. Basándose igualmente en las enseñanzas previamente desarrolladas por los griegos, los nobles romanos o patricios educaban a sus hijos en las escuelas, donde un profesor les enseñaba a leer y a escribir en sus primeros años, para a partir de ahí, introducirles en otras asignaturas como la oratoria, la filosofía o la Historia. La educación estaba normalmente solo al acceso de los hijos de las familias pudientes, aunque muchos romanos de a pie aprendían a leer por su cuenta. Era una educación mucho más exclusiva que la actual.