Según los expertos, hay miles de religiones en todo el mundo, cada una de ellas con sus propios dogmas, dioses y lemas, con una forma de ver la vida diferente a la del otro. ¿Están todas equivocadas? ¿Llevan todas la razón? Lo cierto es que cada cual es libre de pensar y creer en lo que quiera, pero está claro que la importancia de ciertas religiones a través de los tiempos ha hecho que sus dogmas prevalezcan sobre las de otras. Aun así, la forma en la que se entiende la religión y la espiritualidad sigue cambiando, dentro de las propias doctrinas, como ocurre como en el Taoísmo.
Esta religión, que nació como una filosofía de tantas basadas en una doctrina de un sabio asiático, se ha convertido con el tiempo en una forma de vida, más allá de sus propios cimientos religiosos. Las enseñanzas del Tao, que viene a significar el “camino”, se han colado incluso en otros dogmas, como el confucionismo o el budismo, y algunas de ellas han llegado a convertirse en muy populares también en Occidente. Por eso no es de extrañar que muchas personas de países de América o Europa se hayan interesado por el Taoísimo y por buscar nuevos caminos y nuevas formas de entender la vida, la naturaleza y todo lo que nos rodea.
Los orígenes de esta filosofía de vida
El origen del taoísmo se encuentra en uno de los libros de referencia de la cultura y el pensamiento en Asia, el Tao Te King, escrito por el filósofo chino Lao-Tse unos seis siglos antes del nacimiento de Cristo. La influencia de ese pensamiento filosófico en lo que posteriormente sería la religión del Taoísmo es absoluta, y entiende sus cimientos con el propio Tao, el camino, la unidad, el todo, con lo que debemos estar en armonía. Estar bien con la naturaleza es importante y para ello, para buscar esa armonía, se utilizan los conceptos y doctrinas taoístas, que pueden incluso llevarnos a la inmortalidad, entendida precisamente como esa relación estrecha con la naturaleza en la que todo se alimenta de todo.
Anímate a aceptar con actitud positiva las situaciones de la vida
Para los taoístas, la manera de afrontar la vida es dejando que todo fluya, lo que conlleva a veces la inacción, es decir, el no hacer nada. Uno de sus principios básicos, que posteriormente se ha reformulado en numerosas ocasiones como karma, es el de que cada acción propicia una acción opuesta de la misma fuerza. Todo ello se entiende mucho mejor con el símbolo del ying y el yang, un círculo partido en dos, que sería el propio Tao, y que incluye a esas dos fuerzas que están en constante fricción, y que en su justa medida, dan lugar al equilibrio. Por tanto, debemos permitir que todo fluya para no quedarnos solamente en una de las partes de ese círculo o ese camino, sabiendo que hay dos.
Principios que sustentan la filosofía del taoísmo
Como decíamos anteriormente, la filosofía Taoísta está cimentada sobre las enseñanzas del filósofo Lao Tse y su libro, Tao Te King. Dentro de la filosofía taoísta encontramos diversos principios que sustentan todo este pensamiento, como por ejemplo el Daodejing, que viene a ser el camino de conexión con la naturaleza y la propia vida, o el wu wei, la no acción o el esfuerzo sin esfuerzo, dejando que todo fluya, lo bueno y lo malo. También cuenta el desapego con todo lo material, incluyendo nuestro cuerpo, que no es más que una parte de nosotros, pero no lo absoluto, porque nuestra mente y nuestro espíritu le sobrevivirá.
El Wu Wei te ayudará a dejar que las cosas fluyan
Uno de los conceptos claves del pensamiento taoísta es el wu wei, que vendría a traducirse como no actuar, aunque no el sentido que pensamos. Y es que la mayoría de occidentales malinterpreta este concepto, pensando que llama la pasividad, cuando en realidad lo que está buscando es que se afronte una situación dejándola fluir y no forzándola. Los sabios taoístas se atreven a asegurar que de esa manera, el equilibrio en el Tao será mucho mayor, y que debemos aprender a aceptar las cosas como vengan, y no forzar las situaciones. Si dejamos que todo fluya, el universo entero nos recompensará.